jueves, 30 de junio de 2011

Consejos útiles para villanos del cine de acción de los noventa

- Matar a un poli al que le quedan tres días para jubilarse es de mal augurio.
- Si secuestras un edificio/medio de transporte, ojito con el cocinero, es el mas peligroso
- Haz el favor de no poner bidones inflamables allí donde tus esbirros hacen guardia
- Nunca está de mas hacerle un buen seguro a tu guarida, por muy supersecreta que sea
- Basta con poner tres segundos menos en la cuenta atrás de la bomba para que realmente explote
- cuando creas que te has salido con la tuya no olvides de verificar que lo que realmente te llevas es el dinero.
- No trabes mucha amistad con tu ultramusculado y silencioso maton o acabaras pasandolo mal
- Por muy maniatado que esté el protagonista, contarle tus planes no ayudará en nada

miércoles, 8 de junio de 2011

La vida es así


Cuanta mas información, todo es mas difuso. La verdad no cabe en 140 caracteres, o que se yo, tal vez le sobren 134. Los jóvenes dejan los palos y las piedras y comienzan la revolución armados con una tarifa Internet everywhere de 500 megas. Pueden situar las Vegas en el mapa pero no Legutiano. Se saben mas cultivados que sus padres y abuelos pero el día que se vaya la luz y nadie reponga las estanterías del súper morirán de hambre mirando una vaca, pensando en como desfragmentarla. Las hienas que nos gobiernan informan de que uno de cada cuatro vascos está loco o armado o ambas cosas y predice el Apocalipsis institucional para dentro de seis meses. El mundo que hemos conocido se acabará y la tierra se nos comerá, lo que irónicamente rebajará bastante las cifras del paro tal como prometieron.
En un descampado cuarenta cientificos acreditados analizan polvo piedras y barro con el fin de hallar algo, puede que sean restos de un akelarre de un culto satánico de quinceañeros con mucho tiempo libre o quizás el último eslabón entre el hombre y el membrillo. Porque lo que nos hace falta son mas hipótesis. A cuarenta metros entre los matorrales (un metro por cada científico) el último luddista se aferra a sus convicciones y cava con sus manos su propia tumba, o quizas una letrina, a fin de aliviar su sufrimiento, eso seguro, mientras que por encima de nuestros ojos el primer buitre que ha tomado conciencia de si mismo observa todo este caos regularizado, y se promete a no volver a pisar este suelo nunca.
Alguno dice “La vida es así”. Ya ¿pero desde cuando?